Riaño Vive...en la portillera
Riaño es para mí el Norte
De niños íbamos de excursión a La Vecilla; cuando éramos un poco mayores, íbamos a Riaño. Y Riaño era el aguafuerte, impresionante y sorprendente, sólo apuntado en La Vecilla. Y ahora mismo en que tanto prima el Sur, ahora cuando la moda maniquea el paraíso de Sur, nosotros seguimos añorando el Norte. Porque Riaño era el Norte. Riaño era recio y leal, bravío y afable, vital. Riaño era la morada del monte y de la nieve. La patria de las fuentes. Riaño era el Norte. Y lo era incluso para aquellas comunidades que estaban al Norte de Riaño mismo. Y no solo para Oseja y Valdeón, también para Asturias y Santander. ¿Cuándo fui por primera vez a Riaño? No hay datos en mi memoria que sirvan para recuperar una fecha un año, un mes. La memoria es estrecha pero no injusta. Guarda lo significativo. Esa emoción violenta de la primera contemplación, ese a modo de soplido que entra en el vidrio fundido para ahormarlo. Y en mi caso, ya lo he dicho, el Norte entró con Riaño en mí. Y su forma permaneció invariable puesto que las impresiones posteriores solo vinieron a matizar como leves líneas de esmalte la fuerza de aquel primer impacto. Riaño, Norte de León. Su carácter, el talante esclarecido y abierto de sus hombres; su paisaje de picos acerados y alamedas sobre el río, de sebes retorcidas; sus milenarias leonesas costumbres, de antes de que León fuese, se guardan en el alto costado provincial, en el lado izquierdo, en el lugar del corazón. Y eso es más que un asunto de añoranzas. Eso atañe a la misma vida de los pueblos.
**Juan Pedro Aparicio. Libro RIAÑO VIVE 1987De niños íbamos de excursión a La Vecilla; cuando éramos un poco mayores, íbamos a Riaño. Y Riaño era el aguafuerte, impresionante y sorprendente, sólo apuntado en La Vecilla. Y ahora mismo en que tanto prima el Sur, ahora cuando la moda maniquea el paraíso de Sur, nosotros seguimos añorando el Norte. Porque Riaño era el Norte. Riaño era recio y leal, bravío y afable, vital. Riaño era la morada del monte y de la nieve. La patria de las fuentes. Riaño era el Norte. Y lo era incluso para aquellas comunidades que estaban al Norte de Riaño mismo. Y no solo para Oseja y Valdeón, también para Asturias y Santander. ¿Cuándo fui por primera vez a Riaño? No hay datos en mi memoria que sirvan para recuperar una fecha un año, un mes. La memoria es estrecha pero no injusta. Guarda lo significativo. Esa emoción violenta de la primera contemplación, ese a modo de soplido que entra en el vidrio fundido para ahormarlo. Y en mi caso, ya lo he dicho, el Norte entró con Riaño en mí. Y su forma permaneció invariable puesto que las impresiones posteriores solo vinieron a matizar como leves líneas de esmalte la fuerza de aquel primer impacto. Riaño, Norte de León. Su carácter, el talante esclarecido y abierto de sus hombres; su paisaje de picos acerados y alamedas sobre el río, de sebes retorcidas; sus milenarias leonesas costumbres, de antes de que León fuese, se guardan en el alto costado provincial, en el lado izquierdo, en el lugar del corazón. Y eso es más que un asunto de añoranzas. Eso atañe a la misma vida de los pueblos.
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Me doy cuenta que este carro que me lleva
camina hacia un mundo que conozco solo en mi imaginación;
y lo curioso es, que lo he vivido antes
todo por un sueño, la pura realidad.
Si eres riañes y has caminado de niño sobre ese barro,
de noche, de día, andando o en carro; al ver esta imagen,
en vez de ponerte triste también puedes pensar,
...cuando las aguas vuelvan a su cauce, así será mi Valle.
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Para todos aquellos que creáis que la música y el futuro de nuestros hijos es importante, no dejéis de leer este documento titulado:
RIAÑO, PROSPERIDAD Y PAISAJE
El artículo más hermoso de todos los que se publicaron.
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