...en el Concejo de Burón
En estos días en los que tristemente se oye hablar en los periódicos a los políticos de turno, de la intención de hacer desaparecer los Concejos, no podemos por mas, que dar a conocer con orgullo un poco de su historia y de lo que han supuesto y siguen suponiendo por su herencia, para los pueblos y las personas que los componían, en la Montaña leonesa de Riaño concretamente. No debemos consentirlo. Es un atraco en toda regla a un derecho histórico y auténtico de nuestros pueblos, toda una seña de identidad que ha salvaguardado la rica herencia comunal que disfrutamos todos hasta nuestros días. ¿Queremos ver nuestros viejos montes convertidos en plantaciones de eucaliptus o algo similar? ...¡Por dios que no!
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Cuenta el autor en su prologo que la decisión, o mejor dicho, el encargo de escribir esta obra nació al calor de la lumbre, en una “hila” del invierno de 1981 bajo una buena nevada de Enero en el pueblo de Burón. El objetivo según nos dice, era contar en un libro, aunque sea pequeño, la historia que recuerde a todos nuestro pueblo, nuestras calles y corrales, nuestro paisaje. Comenta con preocupación el apremio en la empresa por un futuro en el que pueden venir a decirnos “que marchemos de aquí. Puede ser que el agua del pantano cubra nuestras vegas y sumerja nuestras casas, nuestro cementerio….”
Así comienza este más que
interesante libro de José María Canal Sánchez-Pajín titulado con ardor: El Concejo de Burón.
Su gloriosa Historia Obra sobre los
pueblos y sobre las gentes que hicieron posible lo que se llamó durante siglos La Merindad de Valdeburón. Lleno de
datos históricos especialmente atractivos para quienes sean descendientes de
esta tierra o simplemente interesados en ella. Como en otras obras, a parte del
buen oficio, la impronta del autor como persona originaria del pueblo de Burón,
se hace notar en una cercanía que envuelve toda la obra y que los paisanos
lectores agradeceremos. Le imaginamos escribiendo a la luz de un candil…
La Montaña de Riaño es
montaña (documentada) desde hace mas de 20 siglos, con los cronistas romanos
hasta hoy, o quizá deberíamos decir siendo más estrictos, hasta la destrucción
física de sus pueblos y cultura en 1987.
Primeras referencias
históricas para el Valle de Valberga
(San Pelayo) como castro vadiniense donde se cree tuvo lugar la batalla de Bérgida contra los romanos. “Bérgida estaba en Burón” argumenta Eutimio Martino en su conocida obra Roma contra
Cántabros y Astures. La cual, recomendamos leer a todos los amantes de
nuestra historia.
Primera referencia escrita
de la edad media en el año 970 en una donación hecha por unos monjes al Monasterio de Sahagún “inter iskaro et Sarilenia”, refiriéndose a Escaro y La
Vegacerneja. “in territorio de Buradone”
(Burón). Testimonio escrito de la vieja historia de estos pueblos, muy anterior
a la de sus letras.
Estos documentos se
conservan en el llamado “Becerro de
Sahagún”. Un precioso testigo que nos muestra por ejemplo, la toponimia de
estos lugares de montaña al describir los lindes de las propiedades. Palabras
que son de origen prerromano, ibérico y que de forma admirable, conservan el
nombre mas de mil años después: “Mirva”, “Pármede”, “Jian”…y tantos. Nombres
que son una huella viva de nuestro más viejo pasado, queda claro. Y esto
demuestra como recalca el autor, que las gentes que habitan hoy estos lugares
son descendientes de aquellos Cántabros vadinienses. De no ser así no existirían tales términos.
Queda patente el leonesismo
de toda nuestra zona que fue durante el paso de los siglos fiel a la corona de León,
así como también en lo eclesiástico.
Esa gloriosa historia que reza el título del libro, viene a buen
seguro, de la mano de lo que fue en estas tierras de la hoy Montaña de Riaño, la institución preponderante durante muchas
generaciones: La Merindad de Valdeburón.
Una hermandad de Concejos sometida únicamente a la corona con su propia
administración de justicia y gobernada por un “Merino” elegido por los propios
concejos de Alión, Burón, Maraña, Sajambre y Valdeón.
Los “privilegios” de la
Merindad no pasaron siempre desapercibidos de conflictos, especialmente contra
la nobleza pujante que pretendía imponer sus propias normas egoístas, a veces
con sangre de por medio, como sucedió con Juan de Tovar, Señor de Tierra de la Reina que fue Merino en el
siglo XV y es tristemente recordado por sus criminales abusos. Estos episodios
se pueden leer en el libro de Eutimio Martino titulado: La Montaña de Valdeburón y del que próximamente también hablaremos
aquí.
Como algo más que
anecdótico resaltamos que la justicia se ejecutaba en dos lugares designados y
que estaban cerca del pueblo: “La Vuelta
del Rollo” y “La Valleja de la Horca”,
dos nombres que significaban algo mucho mas serio de lo que parecen.
Otros datos curiosos e
interesantes nos deja ver en sus testos, como el valor de una vaca o la
hacienda de distintas personas con su número de hórreos. La distinción social
entre Hidalgos(nobles) y Pecheros (villanos y vasallos). Los curas como los más
hacendados del concejo en el año 1752 (Catastro de Ensenada.). Todo, da una
idea de cómo podía ser la vida en esos tiempos del siglo XVI.
Aparece también la
controversia sobre el río Esla (antiguo Astura en tiempos de Roma) y su nombre
en un valle u otro, aportando más información sobre dicha controversia.
El santuario de
Pontón como la meca de los buroneses.
La Guerra de la
Independencia y sus graves consecuencias para algunos de los pueblos de la
Comarca como Pedrosa, La Villa y Burón que fueron incendiados por las tropas
francesas causando además de la ruina para muchos, la muerte de algunos
lugareños.
Las guerras
carlistas con la batalla librada en Éscaro entre las tropas contendientes de
los generales Espartero y Gómez.
El fin de la
Merindad en 1836 por la implantación de lo Partidos Judiciales a raíz del fin también,
del sistema absolutista que fue abolido en las Cortes de Cádiz con la
Constitución de 1812.
Terminan sus
páginas con un amplio repaso de los monumentos, familias y pueblos de la Merindad
con curiosidades y acontecimientos señalados.
Se despide José
María Canal igual que en el prólogo, con el pesar de la sombra del pantano
sobre todo, y expresando el deseo de un nuevo Burón en el Valle de Rabanal.
Hoy, queremos
decirte donde estés José María, Gracias.
Y que mejor paisano, que en vez del Rabanal,
recuperemos el verdadero valle donde se esconde toda esa historia.
Salud para
ello.
Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño
Burón fue el centro de la Montaña desde la prehistoria hasta 1800 debido a su posición geográfica ya que las comunicaciones con la meseta se realizaban por la vía Burón-Lois-Crémenes-Cistierna. Cuando se abríó camino estable por el desfiladero de Bachende, el centro de la montaña se desplazó a Riaño.
ResponderEliminarYo como Buronés, te felicito Agustín Lasai, por la referencia a este buen libro de nuestro muy estimado historiador Eutimio, que tambien tengo en mis baldas y que nos recuerda lo que Burón -tan injustamente olvidado- ha significado durante tantos y tantos siglos en esta montaña.
Y terminar por reivindicar la reconstrucción de los dos palacios de Burón (el de los Allendes y el de los Gomez de Caso) que hoy -después de 25 años- aún esperan a ser reconstruidos fuera del área de seguridad del Pantano. Un abandono IMPERDONABLE.
Así es buronés, nuestra montaña es un continuo reguero de reivindicaciones pues cada día nos quieren robar algo de lo que con tanto trabajo y esfuerzo, construyeron nuestros antepasados.
EliminarPor ellos, por los muertos, por nuestros muertos, solo por ellos merece la pena.
Saludos y abrazos paisano.
Gracias amigos. Mas concejo y menos subsidio político como el que reina ahora en nuestros representantes; que es lo mismo que subordinación de los derechos ancestrales del concejo a los caciques de turno de la "citi".
ResponderEliminarSaludos y concejo abierto para terminar con esto.
RIAÑO VIVE, LA LUCHA SIGUE
pepe
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