Vive si...

Riaño Vive dentro de los que hemos vivido en él,
Anciles, Burón, Éscaro, Huelde, La Puerta, Pedrosa, Riaño, Salio...
nada nos ha llenado tanto como su todo,
debemos recuperarlo aunque solo sea un poco,
y no habrá futuro para nosotros y nuestros hijos más gratificante,
que volver a vivir en él, sin que sea un sueño.
Riaño, hace 23 años "muerto", Riaño asesinado,
y los hombres lo mataron, con sus envidias y engaños, y ahora,
después de estos años, hay quién lo quiere olvidar pero,
por mucho que se quiera, si has vivido ahí, en un lugar así,
Riaño no se olvida jamás, y más,
si ahora lo ves, hundido en la miseria, de querer ser,
lo que fue siempre, ignorando lo que fue.
.......................................que las aguas vuelvan a su cauce.

martes, 15 de abril de 2008

...en el relincho



Sangre vadiniense corre por mis venas,como reguero abajo entre montes y peñas.--
Tridio Alonge. El Vadiniense, o lo que es lo mismo, habitante de estas Montañas en tiempos de la conquista de Roma. Las mismas montañas con sus valles y sus ríos en las que nosotros nos hemos criado 2000 años después.
Este relato escrito por Saturnino Alonso Requejo nos cuenta la vida de uno de ellos. Un joven jefe de un castro cántabro(Las Caldas-Remolina) obligado a luchar contra las legiones romanas. Una historia amena y entrañable llena de palabras nuestras y de emociones montiscas que todos hemos sentido y sentimos quiero creer, cuando caminamos por el bosque y nos metemos en un acebal.
El, y todos sus congéneres amaban lo que tenían y por dura que les fuese la vida, veneraban la Naturaleza en la que vivian.
Cielo, Tierra, Montaña, Rio…eran su religión y muchos murieron por ella despreciando el oro de roma, el ruido de sus carretas y el perfume de sus rameras.
Los años han pasado y las cosas han cambiado, y en el mundo en que hoy vivimos parece que las guerras diarias y los negocios ya no nos dejan escuchar lo que para un vadiniense sería el sublime respiro de la vida. El silencio de la Naturaleza…ya hace tiempo.
“Como no amar a esta patria tan rica en belleza y divinas presencias”

El libro lo compré en la panaderia de Tomás y Petra en Riaño.

1 comentario:

  1. Cuanta razón en tus palabras, el vadiniense de hoy ha perdido el respeto por su entorno y así ha de vivir, continuamente humillado y pisoteado por la "ROMA" de nuestros días. Fácil se deja convencer el vadiniense actual con las palabras progreso y desarrollo que sin embargo arrollan con todo lo que nos han legado nuestros ancestros en estos más de dosmil años. Ayer fue el pantano, hoy son las montañas, desde que pusieron precio a nuestra tierra el vadiniense ha perdido el respeto por ella, y por ende, por toda aquella vida que la habita y da forma.
    Y así nos luce el pelo.
    Un saludo.

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