...en Pedro y Cado
Como emergiendo de las aguas muertas del pantano, ha aparecido en Riaño (León), una nueva pieza de nuestra historia más antigua. Una lápida funeraria dedicada al vadiniense CADO CORNELIO; cubierta de barro y boca abajo que reza lo siguiene:
«Monumento de Cado Cornelio, hijo de Rebón, Vadiniense, de 25 años, (lo puso) su amigo Aliomo. Este es el sitio (donde está enterrado)
Por casualidad, o no, Pedro, un riañés de pro que arregla desde hace años instalaciones de calefacción en León y provincia, y gran aficionado a la investigación de la historia y tradiciones de su pueblo, divisó la figura de una piedra desde el alto de Valcayo sobre la franja desnuda de tierra lavada por las "mareas" del pantano. En el lugar conocido como “Cima la Cueva”. Vio, según nos cuenta el mismo, una forma abultada y alargada característica. Rápidamente, montó sobre una barca (o algo parecido) y cruzó el “estrecho de la Varga” que separa esta ahora llamada “isla”, del nuevo Riaño. “Encima la Cueva”, como así es mencionada por los riañeses, es un promontorio calizo con una gran cueva en un extremo que mira hacia la junta de los ríos y valles del Esla y Yuso. Un sitio estratégico desde tiempos inmemoriales donde muchos expertos creen que puede haber importantes restos arqueológicos. Aquí se piensa, pudo estar ubicado el mítico Castro de Vadinia cuya existencia es mencionada por los historiadores y cronistas del imperio romano.
…Continuando, Pedro puso pie sobre la tierra comida por las aguas y una vez junto al “bulto”, una última mirada y como si de un náufrago se tratara, la dio la vuelta. Según nos cuenta, estaba cubierta por una costra de barro endurecido que no dejaba apreciar nada excepto…algo parecido a una X en un extremo. Toda una premonición que le puso manos a la obra. Raspó con fuerza con la palma de sus manos el barro intentando contener su emoción por lo que ya contemplaba como todo un hallazgo. Aun así, sus manos sangraban por la yema de los dedos. Y no es para menos, ante sus ojos tenía el recuerdo grabado en piedra de una vieja amistad. En forma de lápida vadiniense de casi 2000 años de antigüedad.
¡Enhorabuena Pedrolo!.
--
Pedro y el recuerdo a Cado se encontraron después de casi 2000 años en una tierra hoy anegada que en otro tiempo, a Cado perteneció mientras dominaba el Valle en sus cuatro costados con su clan desde las Montañas. Libres sobre todo y salvajes para los llamados a si mismos, civilizados. Conviviendo en armonía con la Naturaleza de la que obtenían su sustento y a la que profesaban un profundo respeto.
Estos “salvajes” perdieron por entonces la primera gran batalla por SER ellos mismos contra los “civilizados”, Roma. Fue el comienzo de la triste y trágica historia de un pueblo de sus Montañas lleno de fuerza, al igual que la Naturaleza donde habitaba. Lucha larga y desigual de lo viejo contra lo nuevo, de lo natural contra lo mecánico, lo salvaje contra lo civilizado…que hasta donde estamos, nos ha llevado.
Pedro, después de tanto tiempo ha encontrado a Cado envuelto en el fango, ambos derrotados. Pero lo ha encontrado, y lo ha limpiado emocionado para devolverlo a un lugar donde volverá a SER respetado por todos, para todos. En el Museo Etnográfico Comarcal , el lugar que intenta con buena dosis de ilusión y trabajo (con personas como Pedro), guardar y reconstruir la rica Historia de Riaño y su comarca, aun anegada, y por muchos, casi olvidada.
VACIEMOS ESE PANTANO.
RIAÑO VIVE
Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño
«Monumento de Cado Cornelio, hijo de Rebón, Vadiniense, de 25 años, (lo puso) su amigo Aliomo. Este es el sitio (donde está enterrado)
Por casualidad, o no, Pedro, un riañés de pro que arregla desde hace años instalaciones de calefacción en León y provincia, y gran aficionado a la investigación de la historia y tradiciones de su pueblo, divisó la figura de una piedra desde el alto de Valcayo sobre la franja desnuda de tierra lavada por las "mareas" del pantano. En el lugar conocido como “Cima la Cueva”. Vio, según nos cuenta el mismo, una forma abultada y alargada característica. Rápidamente, montó sobre una barca (o algo parecido) y cruzó el “estrecho de la Varga” que separa esta ahora llamada “isla”, del nuevo Riaño. “Encima la Cueva”, como así es mencionada por los riañeses, es un promontorio calizo con una gran cueva en un extremo que mira hacia la junta de los ríos y valles del Esla y Yuso. Un sitio estratégico desde tiempos inmemoriales donde muchos expertos creen que puede haber importantes restos arqueológicos. Aquí se piensa, pudo estar ubicado el mítico Castro de Vadinia cuya existencia es mencionada por los historiadores y cronistas del imperio romano.
…Continuando, Pedro puso pie sobre la tierra comida por las aguas y una vez junto al “bulto”, una última mirada y como si de un náufrago se tratara, la dio la vuelta. Según nos cuenta, estaba cubierta por una costra de barro endurecido que no dejaba apreciar nada excepto…algo parecido a una X en un extremo. Toda una premonición que le puso manos a la obra. Raspó con fuerza con la palma de sus manos el barro intentando contener su emoción por lo que ya contemplaba como todo un hallazgo. Aun así, sus manos sangraban por la yema de los dedos. Y no es para menos, ante sus ojos tenía el recuerdo grabado en piedra de una vieja amistad. En forma de lápida vadiniense de casi 2000 años de antigüedad.
¡Enhorabuena Pedrolo!.
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Pedro y el recuerdo a Cado se encontraron después de casi 2000 años en una tierra hoy anegada que en otro tiempo, a Cado perteneció mientras dominaba el Valle en sus cuatro costados con su clan desde las Montañas. Libres sobre todo y salvajes para los llamados a si mismos, civilizados. Conviviendo en armonía con la Naturaleza de la que obtenían su sustento y a la que profesaban un profundo respeto.
Estos “salvajes” perdieron por entonces la primera gran batalla por SER ellos mismos contra los “civilizados”, Roma. Fue el comienzo de la triste y trágica historia de un pueblo de sus Montañas lleno de fuerza, al igual que la Naturaleza donde habitaba. Lucha larga y desigual de lo viejo contra lo nuevo, de lo natural contra lo mecánico, lo salvaje contra lo civilizado…que hasta donde estamos, nos ha llevado.
Pedro, después de tanto tiempo ha encontrado a Cado envuelto en el fango, ambos derrotados. Pero lo ha encontrado, y lo ha limpiado emocionado para devolverlo a un lugar donde volverá a SER respetado por todos, para todos. En el Museo Etnográfico Comarcal , el lugar que intenta con buena dosis de ilusión y trabajo (con personas como Pedro), guardar y reconstruir la rica Historia de Riaño y su comarca, aun anegada, y por muchos, casi olvidada.
VACIEMOS ESE PANTANO.
RIAÑO VIVE
Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño
otra pieza mas para la recuperacion del valle por que piedra a piedra y gota a gota vaciaremos y reconstruiremos lo que nos robaron con mentiras y por la fuerza. Saludos cordiales.
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